martes, 28 de julio de 2015

EXTRANJERA

Recuerdo el paisaje que no era mío,
las calles que no conocía,
las puertas cerradas como la noche,
y un miedo extraño,
Sentada en la acera, perdida,
sin referencia alguna y sola,
vi pasar las botas,
los zapatos,
los mocasines, ajenos a mi,
a cuanto me sucedía.
Quise ser parte de aquella hermosa tierra,
no quisieron que lo fuese,
y regresé a la mía,
sin que me despidiesen,
sin un adiós,
con el pasaporte en la mano,
y mi apellido de extranjera.


imagen: google

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