sábado, 13 de febrero de 2016

SEXO, AMOR Y MAR


La miré desde el borde mismo del deseo,
desnudándo sus hombros lentamente,
apenas rozándola con la yema de mis dedos,
queriendo ser caricia sin ser percibida.
Como quien ve el mar por vez primera,
atando la respiración frente a tanta belleza.
Un mar de voluptuosidad,
un giro de olas dándo que pensar al cuerpo,
en qué parte o en qué momento era mejor,
el placer de dejarse arrastrar por el abrazo,
hacia el fondo de su piel,
donde el vientre deja su nombre,
y es gruta en la que se ahogan los placeres
colmándose los corales de la furia,
que olvida todo, menos el ansia por el ansia.
y el deseo deja de lado todo lo demás.
La desnudé de espuma.
embadurnándola de mi propia sed,
colgándome del collar de sus besos,
lengua sobre lengua, en la bahía de su boca.
Brava como el oleaje, contra el malecón,
su cuerpo rompió contra el mío,
respondiendo el embite,
lanzando la red de los suspiros,
atropellando mi cuerpo con el suyo.
Se quedó dormida mi barca,
sobre el arrecife de su cuerpo
rendida a su hermosura,
desarbolada por su pasión,
con los remos tocando sus senos
tiernamente serenos.
Y la miré como quien ve al mar y al cielo
besándose en el horizonte,aguantando la respiración,
amorosamente, llorando frente a tanta belleza.

imagen: Jason Ierace

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